El Día de San Valentín es la “festividad del amor” del mundo. Puesto que la Biblia declara que Dios es amor
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Así como,
Carnaval, Semana Santa, Halloween, Navidad el Año Nuevo y otras festividades de
este mundo, el Día de San Valentín es otro intento de “encubrir” las costumbres
pervertidas y las observancias de los dioses paganos y los ídolos para
“cristianizarlos”.
Tan inocente e inofensivo como pueda parecer el Día de
San Valentín, pero veamos de donde nació este día, sus tradiciones y costumbres
se originan de dos de los festivales paganos más pervertidos sexualmente de la
historia antigua.
, la celebración pagana de las Lupercales. Quiso cristianizar esta festividad y la sustituyó por el
, en el año 270 d. C.
El día de San Valentín es una celebración tradicional que ha sido asimilada por la Iglesia Católica Romana con la designación de San Valentín como patrón de los enamorados.
Aunque la iglesia en Roma había prohibido
el sorteo sexual, hombres jóvenes aún practicaban una versión menos fuerte,
enviando a las mujeres que ellos deseaban un mensaje romántico escrito a mano conteniendo
el nombre de San Valentín.
Con los siglos, las tarjetas del Día de
San Valentín llegaron a ser populares, especialmente a finales del siglo
dieciocho y a principios del siglo diecinueve. Estas tarjetas eran pintadas con
fotos de Cupido y corazones, y meticulosamente decoradas con encaje, seda o
flores.
¿Quién en
Cupido?
Cupido (llamado
también Amor en la poesía latina) es, en la mitología
romana, el dios del deseo amoroso. Según la
versión más difundida, es hijo de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y
de Marte, el dios de la guerra. Se le representa generalmente
como un niño alado, con los ojos vendados y armado de arco, flechas y aljaba. Su equivalente en la mitología
griega es Eros.
¿PERO QUIÉN FUE EL VALENTÍN ORIGINAL?
Valentín viene del latín Valentinus, el cual se deriva de valens — “ser fuerte, valiente, grande, poderoso”.
La Biblia describe a un hombre con un título semejante: “Y Cus engendró a
Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la
tierra. Este fue vigoroso cazador delante del
ETERNO; por lo cual se dice: Así como Nimrod,vigoroso cazador delante
del ETERNO”. (Gén. 10:8-9). Se decía que cazaba con arco y flecha.
Como fue mencionado,
los romanos celebraban Lupercalia en honor al dios cazador Luperco. Para los
griegos, de quienes los romanos habían copiado la mayor parte de su mitología,
Luperco era conocido como Pan, el dios de la luz. Los fenicios adoraron la
misma deidad como Baal, el dios sol. Baal fue uno de los muchos nombres o
títulos de Nimrod, un vigoroso cazador, especialmente de lobos. Él también fue
el fundador y el primer señor de Babel (Gén. 10:10-12). Desafiando a Dios,
Nimrod fue el originador de la religión Babilónica Misteriosa, cuyas mitologías
habían sido copiadas por los egipcios, los griegos, los romanos y una multitud
de otros pueblos antiguos. Bajo diferentes nombres o títulos — Pan, Luperco,
Saturno, Osiris — Nimrod es el hombre fuerte y dios guerrero cazador de los
antiguos.
Pero ¿qué tiene que ver el símbolo del
corazón con un día que da honor a Nimrod/Valentín?
El título Baal significa
“señor” o “maestro”, y es mencionado a través de la Biblia como el dios de los
paganos. Dios advirtió a su pueblo a no adorar o siquiera tolerar aún los
caminos de Baal (Nimrod). En el antiguo caldeo (el idioma de los
babilónicos), bal, el cuál es semejante a Baal, significa, “corazón”. Aquí es dónde el símbolo de
corazón de Valentín se originó.
Ahora note el nombre Cupido. Viene del verbo Latín cupere, que significa “deseo”. Cupido era el hijo de
Venus, la diosa romana de la belleza y el amor. También conocida como Eros en
la antigua Grecia, él fue el hijo de Afrodita. Según el mito, él fue
responsable de impregnar numerosas diosas y mortales. Cupido fue un arquero de
apariencia infantil (recuerde, Nimrod era un arquero hábil). La mitología
describe a Cupido como teniendo ambas personalidades cruel y feliz. Él
utilizaría sus flechas invisibles, con la punta cubierta con oro, para impactar
a hombres y mujeres confiados, causándoles enamorarse locamente. Él no hacía
esto para beneficio de ellos, sino para manejarlos con pasión intensa, para
hacer sus vidas miserables, y para reírse de los resultados.
Muchos de los dioses de los egipcios,
griegos, romanos, asirios y otros fueron copiados de un hombre — Nimrod.
Pero ¿qué tiene que ver con nosotros hoy?
¿Por qué debería preocuparnos lo que sucedió en el pasado?
LO QUE DIOS ORDENO FUE LO SIGUIENTE:
Lea lo que Dios ordena a su pueblo con
respecto a las costumbres y tradiciones paganas: “No aprendáis de las
naciones…Porque las costumbres de los pueblos son vanidad” (Jer. 10:2-3).
También observe las palabras de Cristo en Mateo 15:9: “…Pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”.
A través de la Biblia Dios describe a los
“paganos” como aquéllos que adoran cosas que Él ha creado (animales, el sol, la
luna, estrellas, arboles, etc.), o los ídolos hechos por hombres, o cualquier cosa excepto el único verdadero Dios. Él
llama paganas a tales personas y sus prácticas. Los verdaderos cristianos
entienden que Dios odia cualquier costumbre, prácticas y tradiciones que tienen
sus raíces en el paganismo.
Pero ¿Cuán serio es Dios acerca del
paganismo?
Cuando Él rescató a las doce tribus de
Israel de la esclavitud brutal y las guió fuera de Egipto, les mandó: “No
haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como
hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus
estatutos” (Lev. 18:3). Dios demandó que los israelitas no se contaminaran con
las prácticas y costumbres paganas de las naciones alrededor (vs. 24-29).
“Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que
practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo el Eterno
vuestro Dios” (ver. 30).
Dios maldijo a Egipto — una nación de
adoradores de la naturaleza — con diez plagas y liberó a Israel de la
esclavitud. Él rescató a Israel del ejército del Faraón dividiendo el Mar Rojo
y guiando a su pueblo a la seguridad. Él alimentó a los Israelitas con maná —
pan especial hecho por Dios — del cielo. Él los protegió de los ejércitos
gentiles en una batalla difícil, liberándolos hacia la Tierra Prometida y
expulsando a sus enemigos.
Pero en cambio, ¿cómo trató Israel a Dios?
“Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la
muchedumbre de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, el Mar
Rojo…Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo: se entregaron a
un deseo desordenado en el desierto, y tentaron a Dios en la soledad…Hicieron
becerro en Horeb, se postraron ante una imagen de fundición. Así cambiaron su
gloria por la imagen de un buey que come hierba. Olvidaron al Dios de su
salvación, que había hecho grandezas en Egipto; Maravillas en la tierra de Cam,
cosas formidable sobre el Mar Rojo…Pero aborrecieron la tierra deseable; No
creyeron a su palabra: Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz del
Eterno…Se unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de los
muertos. Provocaron la ira de Dios con sus obras” (Salmos 106:7, 13-14, 19-22,
24-25, 28-29).
Dios explícitamente le ordenó a Israel que
lanzara y destruyera totalmente a todas las naciones que ocupaban la Tierra
Prometida (Canaán). Sobre todo, su pueblo no debía hacer alianzas políticas con
ellos ni casarse entre sus familias (Deut. 7:1-3, 5, 16). “Porque desviará a tu
hijo de en pos de mí y servirán a dioses ajenos” (ver. 4).
Pero los israelitas pensaron que sabían
más que Dios. Ellos decidieron hacer las cosas su propia manera. “No
destruyeron los pueblos que el Eterno les dijo; Antes se mezclaron con las
naciones, Y aprendieron sus obras, y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron
causa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, Y
derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que
ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada
con sangre. Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus
hechos” (Salmos 106:34-39).
Para despertarlos y hacerlos volver al
camino como la nación modelo que había pensado originalmente, Dios entregó a
Israel a sus enemigos. Israel se arrepintió y clamó a Dios. Dios los rescató.
Con sus vientres repletos y sus vidas protegidas, los israelitas volvieron a
seguir a otros dioses. Dios castigó a Israel otra vez. Israel se arrepintió y
clamó a Dios.
Y así fue el ciclo de liberación —
idolatría — castigo — arrepentimiento (vers. 40-46), hasta que finalmente, Dios
no tuvo otra elección sino de divorciarse de la infiel Israel (Jer. 3:6-11).
Él utilizó a los asirios, una de las
naciones de guerreros más brutales en la historia, para invadir, conquistar,
esclavizar y trasladar el reino completo del norte de Israel (II Reyes 17).
Habiendo “desaparecido” de la historia, los descendientes modernos de aquéllas
diez tribus “perdidas” son ignorantes de su verdadera identidad aún hasta este
día.
Más tarde, Dios envió al reino del sur de
Judá (principalmente las tribus de Judá, Benjamín y Leví) hacia el exilio
Babilónico (II Reyes 24 y 25). A causa de que ellos guardaron (por lo menos
físicamente) el verdadero sábado de reposo, el cuál es una señal especial que
identifica al único verdadero Dios y su pueblo (Éxo. 31:12-18), los judíos
fueron capaces de retener su verdadera identidad.
Los Israelitas fueron severamente
castigados a causa de que codiciaron las costumbres paganas, rituales,
tradiciones y prácticas. Como usted puede ver, Dios no toma a la ligera el
paganismo.
PORQUE ES INCORRECTO EL PAGANISMO
¿Por qué Dios odia cualquier cosa que
asemeja las costumbres paganas? ¿Es posible “encubrir” o “cristianizar” las
prácticas paganas y hacerlas limpias? ¿Está bien practicar costumbres paganas
siempre y cuando usted “adore a Dios”?
Note lo que Dios dice en Levítico capítulo
18. Después de rescatar a Israel de la esclavitud, Dios les advirtió que no
practicaran las costumbres que habían tomado de Egipto, ni aprendieran los
caminos, costumbres y tradiciones de las naciones gentiles que encontrarían en
la Tierra Prometida (vers. 1-3). En lugar de eso, Dios mandó a Israel a seguir
Sus caminos (vers. 4-5).
Dios entonces describe los caminos paganos
de estas naciones impías en gran detalle. En los versículos del 7-20, Él
condena toda clase de relaciones heterosexuales que caen fuera de las fronteras
santas del matrimonio (incesto, fornicación, adulterio, etc.). En los versículos
22-23, Dios condena la homosexualidad y bestialidad. Juntos, estos pecados
rompen y destruyen la unidad de la familia que Dios había creado e instituido
con amor.
Note lo que Dios enlaza a estas
perversiones: “Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no
contamines así el nombre de tu Dios. Yo el Eterno” (ver. 21). Dios ata las
prácticas sexuales perversas de las naciones paganas con sacrificios humanos —
¡padres ofreciendo las vidas de sus hijos a dioses paganos!
La Biblia muestra que Israel no sólo
desobedeció a Dios y abrazó incondicionalmente la inmoralidad sexual de los
Gentiles, ellos aún fueron más allá.
“Y me volvieron la cerviz, y no el rostro;
y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir
corrección. Antes pusieron sus abominaciones en la casa [el templo en
Jerusalén] en la cual es invocado mi nombre, contaminándola. Y edificaron
lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para
hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé,
ni me vino al pensamiento que hicieran esta abominación, para hacer pecar a
Judá” (Jer. 32:33-35). (Para aprender más acerca de estos sacrificios de niños
a Moloc, descargue de nuestro sitio web nuestro sermón Santa Claus es Moloc y nuestros folletos El verdadero origen de la NAVIDAD y El verdadero origen de la Pascua Florida.
Imagine. ¡Israel cometió un pecado tan
vil, tan repugnante, que aún sacudió a Dios!
Pero eso fue entonces. ¿Qué acerca de hoy?
Seguramente, los padres no sacrifican a sus hijos a los dioses paganos hoy — ¿o
lo hacen?
No esté tan seguro. Tal vez sus vidas no están siendo sacrificadas — ¿pero que
acerca de su inocencia?
Los padres hoy esperan que sus pequeños se
“enamoren” y tengan novios y novias.
Ellos piensan que es “lindo” cuando los
niños pequeños y las niñas se toman de las manos y actúan como una pareja,
robando uno o dos besos cuando nadie lo está viendo. Algunos padres se
preocupan cuando sus hijos no muestran interés romántico en el sexo opuesto.
Ellos constantemente les preguntan, ¿Aún
no tienes novio? O ¿Quién es tu novia?”
No obstante estos mismos padres se
sorprenden cuando sus adolescentes “pequeñas niñas” se embarazan. O cuando
adquieren una enfermedad transmitida sexualmente. O tienen un aborto a sus
espaldas.
El Día de San Valentín es sólo una de las
muchas herramientas que el “dios de este mundo” (II Cor. 4:4) utiliza para
conseguir que los padres sacrifiquen la inocencia de sus hijos.
Cuándo los adolescentes escogen los
nombres de otros en un sorteo y envían tarjetas de San Valentín y regalos unos
a otros, declarándose su “amor”, ellos están aprendiendo los primeros pasos de
relaciones íntimas que el Dios Creador designó específicamente para adultos
emocionalmente maduros. En lugar de abrazar la inocencia sin preocupaciones de
la juventud, creciendo sin los dolores de cabeza y las penas de la edad adulta
(como buscar un empleo, pagar las cuentas, el matrimonio, criar una familia,
etc.), los hijos hoy están siendo enseñados a codiciarse unos a otros. Están
atrapados en un drama diario de “Si me amas puedes dormir conmigo; Estoy
embarazada; No es mío, ella tuvo un aborto”. Para cuando ellos alcanzan la edad
adulta, virtualmente cada trozo de la inocencia, sinceridad y decencia moral
han sido robados de ellos. Drenados emocionalmente, tienen las actitudes
hastiadas del mundo de “ya he estado ahí, ya lo he hecho”. Y sus vidas están
sólo empezando.
Este es por qué vivimos en un mundo donde
las adolescentes vírgenes son raras de encontrar. Donde lo que solía ser
llamado “amantes” y “vivir en pecado” es ahora simplemente “vivir juntos”.
Donde el sexo es nada más que una recreación física sin sentido — sin cariño
emocional, sin cuidado, sin interés. Donde las personas cambian de pareja
sexual tan convenientemente como ellos cambian de ropa. Donde los solteros de
veinte o treinta ya han tenido por lo menos cinco parejas
sexuales — y eso es considerado un número bajo, especialmente en los Estados
Unidos. Donde los hombres no son mencionados como “mi esposo”, o “mi
prometido”, sino como “el papá de mi segundo bebé”.
¡Cuán patético!
Satanás ha engañado al mundo entero (Apo.
12:9) en múltiples formas — especialmente cuando se trata de relaciones
íntimas. El Día de San Valentín es sólo una de estas herramientas de engaño.
(Para aprender más acerca de este gran engañador, lea nuestro folleto ¿Quién es el Diablo?)
“Salid
de ella, pueblo mío”
Con respecto al futuro cercano, cuando el
mundo del hombre influenciado por Satanás esté cerca de colapsarse, Dios dice:
“Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y
guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y
los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se
han enriquecido [incrementado] de la potencia de sus deleites” (Apo. 18:2-3).
Acerca de este sistema pagano y satánico,
Dios ordena a los verdaderos cristianos, “Salid de ella, pueblo mío, para que
no seáis participes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (ver. 4).
El Día de San Valentín se origina del
paganismo antiguo de este mundo influenciado por Satanás. Este día está diseñado
para engañar a la humanidad apelando a los deseos de la carne — o como la
Biblia los llama,las obras de la carne. Y
manifiestas son [hechas obvias] las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría…borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas” (Gál. 5:19-21). ¿Alguna de estas le suena como Lupercalia?
Fundamentalmente, “los que practican tales
cosas no heredaran el reino de Dios”. Un verdadero cristiano está enfocado en
el pronto venidero reino de Dios (Mat. 6:33) y el mundo por venir — no en los
fuertes deseos carnales de este mundo. Un verdadero cristiano debe esforzarse
para “remover el viejo hombre” y activamente imitar el perfecto, recto ejemplo
de Jesucristo. Un cristiano sabe que debe salir activamente de este mundo,
fuera de sus costumbres, prácticas y tradiciones infectadas del paganismo.
¡Los cristianos no celebran el Día de San
Valentín!
fuente: https://es.wikipedia.org y la Bilblia Reina Valera 1960